Recuerdo no querer ducharme ni querer bañarte ni lavarte, para no perder el olor, nuestro olor. Nunca había olido de cerca la vida, nunca antes con tus hermanos me permitieron oler así, olerlos así.
Aún recuerdo a la primera hada madrina, es imposible olvidarla, es imposible no amarla. Inma Marcos. Tu hada madrina, la que cumple sueños imposibles, los cumple y los vive, ella fue la primera persona que te tocó. Ella será siempre parte de mi vida, y de la tuya. Siempre. Nunca podremos devolverle lo que nos regaló. Nunca.
Aún recuerdo a la segunda hada madrina, a ella también es imposible olvidarla, también es imposible no amarla. Luci Alcaraz. Tu otra hada madrina. Esperaste a que llegase, volando con sus grandes alas, pues sin ella no podíamos terminar la gran fiesta del amor. Ella es una hada maga de la empatía. Ella también será siempre parte de mi vida, y de la tuya. Siempre. Y a ella tampoco podremos devolverle nunca lo que nos regaló. Nunca.
Aún recuerdo tu prisa, así de pronto, mientras caía el agua por mi barriga y te hablaba, te entró la prisa, y todo cambió. Me despedí de la barriga, esa última imagen nuestra siendo uno, la recuerdo aún, la recordaré siempre.
Aún recuerdo el revuelo, de papá, de tus hermanos, de los abuelos, nunca los vi. Pero los vi. Recuerdo a Carlota, papá le leía un cuento mientras tu y yo nos duchábamos, antes de tus prisas. Pedro dormía. Luego todo cambió. Recuerdo a Pedro, su mirada, le pedí que cuidara de su hermana, y Pedro lo hizo genial, como siempre.
Aún recuerdo el calor, la fuerza, recuerdo no estar, irme, sus palabras, recuerdo sus palabras. Me daban más fuerza, me guiaban hacia ti.
Aún recuerdo las heridas, al verte, mis cesareas, al olerte, mis cesareas, al sentirte aún unidos por el cordón latiendo, mis cesareas, al besarte y mirarte, mis cesareas, al oirte respirar, mis cesareas, al darme cuenta de verdad de todo lo no vivido, mis cesareas, al llorar abrazándote, mis cesareas. No pude dejar de pensar en mis cesareas innecesareas. En tanto daño sentido, tanto dolor vivido, tantos años despues, mis cesareas, ellas estaban allí también. Siempre estuvieron. Pero las vencí. Las vencimos. Las vencimos pero nunca las olvidaremos.
Aún recuerdo tu boca bonita mamando tan bien, tan perfecto tu, tan fácil todo. Tan real, en familia. Tan perfecto. Tú y yo.
Aún recuerdo la tristeza por no haber podido pedir tus velitas, Inma pidió a papá una velita, y esta fue la velita de todas ellas, de las grandes mujeres de la lista de Apoyocesareas, de las mujeres valientes de las velas y abrazos virtuales, de todas ellas. Inma encendió la vela por todas ellas para iluminar tu nacimiento, y lo hicimos. Y naciste. Te parí.
Aún recuerdo los mensajes, recuerdo la alegría de muchas por tu llegada, de muchas que ni nos conocen pero nos aman. Recuerdo la llamada de Axel y Bea. Sus palabras, su emoción, su amor hacia ti. Hacia mi.
Aún recuerdo la primera visita, tu Tiet y Tieta. Los únicos. Sus caras, sus lágrimas de emoción, te veiron nacer, estaban allí, siempre están y estarán a tu lado. Mueven cielo y tierra, corren, vuelan, pero llegan, siempre llegan. Y llegaron los primeros antes de ir a trabajar. Muy temprano. Por ti. Por mi, para celebrar tu llegada, tu bonita llegada. Recuerdo la noche, tu primera noche, todos en mi cama. Tiet, tieta, papa, tete, Carlota, tú y yo. Cenando pizza. Carrot cake de postre regalo de la Tieta. El mejor Carrot de Barcelona para ti. Leche de carrot para Bebo :)
Aún recuerdo el super bocata de jamón que me envió la Sonia con la Azu, la Carla y la Alicia. Ellas también te vieron nacer. Y yo me comí el mejor bocata del mundo, con ellas, contigo. En casa, en nuestra cama, allí donde hacía unas horas habías nacido.
Hoy hace un año de todo esto, un año de nuestro pvd2c. Un año juntos, un año grande, lleno de aprendizaje. Un año único junto a ti, mi rey, mi vida, mi ángel y mi tesoro. Te amo.
Felicidades Diego :)