Esta fue la frase que me dejó bloqueada, sin saber que decir, muda...
Con Carlota en mis brazos y Pedro a mi lado no supe hablar, no pude contestar, todo lo que hoy quiero escribirte Dr. Pérez:
Apreciado pediatra le escribo la presente para decirle lo siguiente:
En primer lugar, mis tetas son mías.
En segundo lugar, acudí a su consulta por estado febril y dolor de garganta de mi bebé Carlota, nada que ver con mis tetas, ni con la alimentación.
En tercer lugar, en ningún momento de mi visita le pedí su opinión, me preguntó si la niña comía bien, le contesté que sí: "Come de todo, entero y toma pecho". Aquí fue cuando se tomó la libertad de opinar sobre mi modo de criar y alimentar a mi hija.
En cuarto lugar, ha leído por casualidad las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud? Lactancia materna EXCLUSIVA hasta los 6 meses, luego lactancia materna como alimento principal acompañado de nuevos alimentos complementarios hasta el año, a partir del año la leche materna sigue siendo un alimento indispensable en la dieta del niño y recomiendan hasta los dos años o hasta que la mamá y bebé deseen.
En quinto lugar, quién se ha pensado que es para decirme lo que debo quitar o dar a mis hijos?
En sexto y último lugar, se ha parado a pensar el daño que puede causar con sus consejos tan desafortunados, y tan falsos?
Por culpa de médicos y supuestas profesionales de la salud dejé de dar el pecho a Pedro, es algo que jamás olvidaré, y que ha día de hoy 9 años después aún lamento.
Si yo que soy defensora de la lactancia materna prolongada, si yo que me he formado al respecto, si yo que he leído al máximo sobre el tema, no supe contestarle, me quedé callada, no supe reaccionar, imagínese una mamá más joven, más inexperta, con más miedos y dudas, tal y como era yo hace 9 años. Si yo salí abrumada de su consulta, si a mi me dejó en blanco, ¿cuánto daño estará haciendo a otras mamás y a sus bebés?
Sé que estos días he recibido mucho apoyo de grandes mujeres, y estoy muy agradecida pues sé que me comprendéis, pero quiero aclarar que mi indignación con este pediatra no es por lo que me dijo a mi, no es por que fuera tan grosero como para juzgar mi modo de criar a mi bebé, mi indignación es con el daño que puede estar haciendo a otras familias, que quizás si que sigan sus indicaciones, que puede que sí le hagan caso y le retiren el pecho a su bebé.
Son muchos los beneficios que nos da la lactancia tanto a Carlota, como a Pedro, como a mi marido y por supuesto a mi.
Sí, sí, mi familia también se beneficia. Si yo diera biberón podría seguir como sigo desde que Carlota nació, los campeonatos de golf de mi hijo? Podría caminar junto a mi hijo durante los 9 hoyos con un bebé de biberón?
Carlota ha asistido a todos y cada uno de los torneos, en su fular y con su teta llena de leche calentita lista para consumir.
No dejéis que los pediatras influyan en nuestras maneras de criar, de alimentar y de dar amor a nuestros hijos. Si mi bebé enferma acudiré al pediatra ( a este seguro que no) para que examine y diagnostique su enfermedad, NO para que me diga lo que debo hacer con nuestra lactancia, NO para que se meta en mi vida y se crea con derecho a opinar.
Dr. Pérez, muy a su pesar seguiré dando teta a mi hija, hágame un favor y dedíquese a lo suyo, que es diagnosticar y curar.
Quiero aclarar también que este pediatra no es el habitual de mis hijos, su pediatra es la Dra. Rodríguez con la que estoy encantada, y siempre me ha apoyado en todo, tanto en la lactancia, como en el baby-led weaning, como en no dar placebos. Acudimos a este pediatra por cercanía, y por tratarse de un mini catarro. Pero está claro que no volveremos a su consulta, en la que por cierto no le tomó ni la temperatura.
Gracias desde aquí a todos los pediatras que sean o no pro lactancia respetan la decisión de la madre y del bebé de tener una lactancia prolongada y amorosa, respetada.
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