jueves, 19 de abril de 2012

TANTO AMOR

Antes de ser madre no me imaginaba que se podía querer tanto a una persona.
Es cierto, que durante los 9 meses de embarazo de Pedro, te vas dando cuenta que algo cambia en tu interior, son muchas emociones, muchos sentimientos, muchos miedos...Pero hasta el momento que tienes a tu hijo por primera vez en brazos, lo hueles, lo tocas, lo besas... es ahí, donde nace un amor enorme, una continuación del cordón umbilical que es tan fuerte que duele.
Nunca serás la misma. Nunca. En tu cabeza, en tu corazón, ya no eres tú.
Ahora es él. Siempre será él. Pase el tiempo que pase, tenga los años que tenga. 
Al quedarme de nuevo embarazada, casi 9 años después, los sentimientos fueron surgiendo igual que con Pedro. Las emociones, vivir el embarazo de una forma más madura, y con experiencia. Amé a Carlota desde el primer día, igual que a su hermano. Pero no la amé lo suficiente, hasta que no la tuve encima mío. Hasta que no pude ver su carita, chafadita su nariz, ese pelo negro azabache, esa piel tan suave. Ese olor a vida, recién nacida. Me abrió los ojos, me miró. Y fue ahí cuando supe que la quería con toda mi alma. Que daría mi vida por ella, igual que la daría por Pedro. El sentimiento se repite, la sensación de felicidad tan grande que no te cabe dentro. Se repite, casi 9 años después. Y yo que pensaba: ¿cómo la voy a querer tanto como a Pedro? ¿Tanto amor puede ser?


Mi corazón se ha ensanchado, pues mi amor por Carlota no ha interferido para nada en mi amor por Pedro. Ni mi amor por Pedro interfiere en mi amor por Carlota.


¿Cómo puede ser tanto amor? 


Y una vez más, ya no eres tú y Pedro. Ahora es Pedro, Carlota y tú... algo también queda para mi marido, jejeje. Pero esto será otro post. Me refiero al amor de madre, al amor infinito, al saber que sin ellos mi vida no tendría ningún sentido, y al mirarlos a los ojos y saber cada día que es lo mejor que he hecho en mi vida. El mayor regalo, dar vida a unos seres maravilloso que me colman de felicidad, que me distraen infinitamente, que me hacen soñar, que me hacen llorar y reír. Que invaden mis días y mis noches, mi proyectos, mis duchas, mis lecturas, mi vida.


Que a veces piensas que se te acabará la paciencia... por esta vida que llevamos, que todo lo queremos alcanzar... pero ellos siempre están ahí, con sus sonrisas. Aunque te duela la cabeza, aunque tengas fiebre, o estés liada estudiando o con el trabajo... o con la cena, o la ropa... ellos te dan la fuerza para comerte el mundo, ellos me hacen sentir la mejor madre del mundo, de echo Pedro me lo dice a menudo, y se me cae la baba... siempre le digo: -Eso es por que tú eres el mejor hijo del mundo.


Pero hay algo que me tiene robado el corazón, y es ver como Pedro, mira a su hermana, ver sus ojos brillar, y oírle cada día como le dice: - Eres una niña muy bonita, te quiero mucho.
Se lo dice con un tono de canción, que no puedo reproducir, pero que lo tengo en mi memoria. Es una voz de amor, de dulzura, de protección. 


Pues, sí, puede ser tanto amor. Puede. Puede y es. Y seguirá siendo durante toda mi vida.


Y ahora mi pregunta es: - ¿y si tuviera otro bebé, podría ser amor para tres?


Esto aún no lo sé...




Laura JC







No hay comentarios:

Publicar un comentario