martes, 26 de febrero de 2013

¿QUÉ ES LA REGULACIÓN EMOCIONAL?

Después de escribir sobre el apego pensé que otro tema muy interesante que también he estudiado en Educación Temprana, es como los niños aprenden a regular sus emociones, y de dónde nacen estas emociones. 
Las personas que a diario están con los niños, ya sean los padres, abuelos, o educadoras y maestras, tienen gran responsabilidad sobre las emociones de los pequeños, pues sin darnos cuenta podemos influir negativamente sobre ellos. 
Pondremos un ejemplo muy claro: si a mi me dan pánico los perros, será difícil que yo deje que mis hijos o mis alumnos se acerquen a un perro, lo toquen o lo acaricien, pues a mi me produce angustia, miedo, etc.
Pero esto es un error, el echo de que a mi no me gusten los perros (por cierto no es el caso, pues tengo dos, Psique y Luigi) no significa que no les tengan que gustar a ellos.
Somos ejemplo para los niños desde que nacen, ejemplo en todo, y ellos regulan sus emociones a través de nosotros:

El bienestar personal no se basa tanto en las emociones que tenemos como en el manejo que hacemos de ellas. No existen emociones buenas ni malas, de igual modo, no se pueden eliminar las que nos produzcan malestar, no podemos hacer que desaparezcan, pero sí podemos aprender a gestionarlas.

Mangeslsdorf, Shapiro y Marzolf agrupan en 4 tipos las conductas que utilizan los bebés para controlar sus primeras emociones:

-Evitar la mirada del estimulo desagradable.
-Calmarse a través de la succión o contacto físico y corporal.
-Autodistracción con juguetes o mirando otros objetos.
-Evitar al extraño en el caso de situaciones interpersonales.

Este tipo de conductas quizás pasan desapercibidas, pero si observamos a los bebés notaremos que sí las utilizan en sus primeros meses de vida, son sus pequeñas herramientas para controlar sus emociones, pero para llegar a la comprensión total de lo que sienten los bebés necesitan en sus primeros meses de vida la presencia de un adulto que le pueda ofrecer un modo flexible y eficaz de regulación. De este modo el bebé con el paso del tiempo, podrá interiorizar sus emociones, y aprenderá a regularlas por sí mismo sin depender del adulto. 
Esta capacidad es algo que adquirimos desde nuestras relaciones más tempranas y se ha llamado Regulación Emocional.

La regulación emocional nace de la relación tan íntima que se establece con la madre desde el primer día de vida del bebé, el modo en que surja y se lleve a cabo esta regulación emocional también influirá en la calidad del vínculo de apego que está creándose también desde el nacimiento.

PROCESO DE REGULACIÓN EN LA INTERACCIÓN CONSTANTE

- En primer lugar debemos reconocer adecuadamente el estado emocional que está experimentando el bebé.
- Nuestra respuesta y comportamiento debe ser apropiado, nos acercamos al niño, lo cogemos en brazos, lo acariciamos, le hablamos suavemente.
- Ponemos palabras al estado emocional del niño, lo nombramos y lo hablamos, somos realistas, no mentimos (esto es muy importante, no soporto decir a los niños "no pasa nada" "no llores, si no es nada" cuando se han dado un porrazo enorme, o se han caído de la bici, si duele DUELE, si yo me caigo de la bici me diréis: "No pasa nada Laura, levántate").
- No debemos hacer jamás un enunciado identificatorio descalificante del tipo "eres un desastre", "eres un trasto", "contigo no se puede salir de casa".
- Debemos escuchar y atender al niño, hay que evitar los enunciados negativos del tipo "no hay que tener miedo", "la que armas por nada", "no es para tanto o no exageres".

Tenemos que tener en cuenta que el bebé o niño vive la experiencia del afecto y su entonamiento a través de nosotros, reciben la información que nosotros les damos de lo sucedido, pues somos su referente. 
El bebé o niño reconocerá subjetivamente su estado interno a partir de nuestras palabras, de nuestro enunciado o descripción sobre lo sucedido.
Pone en acción los mismos procedimientos incorporados como memoria procedimental y reforzados en la intersubjetividad por deseos de ser igual a nosotros.

Como podemos comprobar la regulación emocional forma parte de la crianza, del día a día con nuestros hijos y también con nuestros alumnos, pues tanto una madre, padre, abuela, canguro como una maestra o educadora debemos enseñar a gestionar las emociones que viven y experimentan nuestros niños a diario.

Dentro de la regulación emocional podemos hablar de dos fenómenos que la facilitan:

EL ENTONAMIENTO EMOCIONAL Y LA REFERENCIA SOCIAL

El entonamiento emocional no se trata de imitar tal cual la emoción expresada por el bebé o niño, si no que se basa en el reconocimiento de la emoción del niño pero con una intención de disminuir o subir el tono, para así conseguir una verdadera regulación sincera y afectiva. 
Por ejemplo, si el bebé está sintiendo angustia debemos reconocerlo, pero no sentir la angustia nosotros, si no que "desentonamos" hasta llevar al niño a la calma. El ejemplo más claro es cuando empiezan a caminar, que se caen continuamente, y lloran o gritan asustados, pues no debemos gritar con ellos, transmitirles ese susto o miedo, pues de esta forma solo se asustarán más. Y tendrán menos ganas de seguir intentándolo.
Así que como vemos el entonamiento emocional y afectivo surge de un modo natural, a diario, en situaciones cotidianas y diversas de nuestra vida, tanto que muchos padres no sabemos darle el valor que realmente tiene, y sin darnos cuenta corremos el riesgo de transmitirles emociones propias mal adaptadas o reguladas, como sucede con la mayoría de los miedos. Debemos estar atentos y no caer en este error, pues yo puedo tener miedo a las alturas, pero no mis hijos, ellos tienen que experimentar por sí mismos, y no vivir mis miedos o mis angustias, tienen el derecho de descubrirlo por sí mismos. 

La referencia social surge cuando el bebé o niño se encuentra en una situación no familiar para él, en un lugar desconocido, y nos toma como referencia para extraer información de ese nuevo entorno o entorno desconocido, y así de este modo el bebé puede actuar en consecuencia una vez ha conseguido de nosotros y de nuestra actitud una valoración positiva o negativa del entorno en el que nos encontramos.
Por ejemplo, si vamos a casa de unos amigos con los que normalmente nos vemos en el parque. En este caso las personas son conocidas, pero no el entorno, con lo que nuestro bebé observará como actuamos, como nos movemos, nuestras palabras y gestos para ellos averiguar si pueden corretear felizmente o mejor quedarse pegaditos a mamá. 
Esto también pasa con las personas, los niños detectan a través de nosotras si esa persona con la que nos hemos parado a saludar es conocida, vecina, o realmente una amiga o un familiar más cercano. 

La base de sus primeras emociones y de cómo aprendan a gestionarlas en un futuro depende de nosotros, es una labor de gran responsabilidad y debemos intentar ser objetivos, sinceros y cariñosos para que ellos puedan ser unos adultos independientes y libres para sentir y experimentar, tanto física como emocionalmente, olvidando lo que hicimos o sentimos nosotros. Ellos son ellos, únicos, y nosotros somos nosotros.

Laura JC




martes, 12 de febrero de 2013

EL BLOG DE PEI

Hoy es un gran día para Pedro, hace tiempo, casi un año lleva detrás mío para que le haga un blog.
Le expliqué lo que es, para qué sirve, para qué no se debe utilizar, le expliqué que es menor de edad, y todo ese rollo que debe saber un niño de 9 años antes de escribir su primer blog.

Yo tenía un diario, mi hijo tiene un blog. Y supongo que es normal, las tecnologías nos hacen avanzar de forma acelerada, nos hacen conocer personas lejanas que a veces pueden ser las más cercanas (al escribir esto pienso en Ipe y en Elena Alonso).

Tras muchos días de recopilar escritos, de buscar diseños, y de sentarme con él ante el ordenador para hacerlo todo a su gusto, hoy al fin podemos publicar sus primeras palabras.

Os quiero presentar este bonito proyecto, son pensamientos, vivencias y experiencias de un pequeño de casi 10 años, tengo que decir que todo lo ha escrito él, yo he corregido alguna falta de ortografía, pero la redacción y el texto son siempre originales. 

Cada palabra, cada detalle y cada foto son parte de Pedro, evidentemente soy su fan número uno, y espero que siga por mucho tiempo escribiendo. 

Te quiero pequeño, al fin con esfuerzo y paciencia has conseguido uno de tantos sueños que te quedan por cumplir, mami siempre te apoyará.

EL BLOG DE PEI


Laura JC

lunes, 11 de febrero de 2013

¿QUÉ ES EL APEGO?

Llevo días sin escribir, he estado de exámenes y de encierro casi total y absoluto para poder estudiar... ha sido un mes duro, y hoy empiezan a salir mis primeras notas. La primera nota que he tenido es de una asignatura de cuarto, Educación Temprana, y en esta asignatura nos han hablado entre muchas otras cosas de la importancia del apego, y de los distintos tipos de apego. Me gustaría resumir y compartir de qué se trata:

¿Qué es el apego?



El apego es un vínculo específico y especial que se forma entre la madre y el niño, o entre el cuidador y el niño. 

Dentro del apego veremos distintas fases, las edades son orientativas, cada niño es único y no podemos enmarcarlos en tablas de edades:



FASES DE DESARROLLO DEL APEGO

ETAPA DE PREAPEGO (del nacimiento a 6 semanas) El bebé reacciona ante las voces más familiares, sin evidencia de reconocimiento concreto. Aplica sus reflejos innatos: llora, agarra. etc. Está en contacto con mamá, la empieza a reconocer, se refuerza el vínculo, empieza el apego. 


ETAPA DE FORMACIÓN DEL APEGO (6 semanas a 6-8 meses) Distingue a la madre de otras personas. Pero no muestra muchas diferencias al separarse de ella, pueden sostener al bebé en brazos familiares y amigos, no parece que le afecte. Por este motivo muchos bebés que empiezan a acudir a la Escuela Infantil con 4-5 meses no lloran en la adaptación, no lloran cuando sus mamás se marchan y los dejan en la clase. Pero es probable que en pocos meses cuando los dejen en la misma clase, con la misma educadora, sí que lloren. Empiezan la etapa del apego.


ETAPA DE APEGO (6-8 meses a 18 meses 2 años) Esta es la fase de apego propiamente dicha. La búsqueda de la madre se hace imprescindible y es común que el bebé rechace el contacto físico incluso con un familiar cercano. Ya que el bebe quiere mantener la proximidad con la figura de apego y la distancia con los extraños. 


FORMACIÓN DE RELACIONES RECÍPROCAS (de 18 meses 2 años en adelante) La aparición del lenguaje y la capacidad de representarse mentalmente a la madre, relajan su tendencia a seguirla. En adelante, podrá saber y entender por qué se ausenta mamá y ya es capaz de imaginarla y representarla. Su desarrollo cognitivo es mayor y puede comprender situaciones en las que mamá vaya a trabajar, o se ausente durante un rato, etc.



DISTINTOS TIPOS DE APEGO

Apego seguro (65% de los niños):


Son niños que cuando están con sus madres (o con su figura de apego) exploran tranquilamente, juegan, a cierta distancia de ella. Son capaces de jugar solos, y también pueden incluir a la madre en sus juegos. Cuando la mamá se va, los niños de apego seguro se intranquilizan, lloran y la buscan (esto también depende de cada niño), pero el cuidador ya sea educador, maestro o familiar puede calmar al niño, explicarle la situación.

El reencuentro con mamá es muy emotivo, los niños de apego seguro las abrazan, se alegran mucho de verla, pero en poco tiempo volverán a jugar felices separados de ella (separados pero sabiendo que mamá ya no se va).

Apego inseguro (35%):
Dentro del apego inseguro encontramos tres tipos:

Apego ambivalente-resistente (10-12%):


Son niños que exploran muy poco aún estando sus mamás, les cuesta mucho separarse de ellas, no suelen involucrarse en juegos con el educador o maestro. Cuando se produce la separación sufren verdadera angustia, y el educador o maestro no puede hacer nada por calmarle. 

Cuando se produce el reencuentro con la madre el niño se muestra ambivalente hacia ella, por un lado no se separa de ella, pero por otro parece enfadado y se resiste a los intentos de ella por calmarle.

Apego evitativo (20%):


Este tipo de apego es difícil de ver, pues son niños que parecen "neutrales", juegan sin necesitar a mamá y aceptan al nuevo cuidador sin ningún tipo de problema, aparentemente. Al marcharse la mamá ellos no parecen notar su ausencia no surge malestar ni angustia, y cuando regresa mamá ante el reencuentro la ignoran, no la buscan y si no es ella quien inicia un contacto físico el niño que tiene apego evitativo evitará a su madre abiertamente.

Esta manera de evitar a mamá es el mecanismo que el niño  a aprendido para autorregular su angustia, cuando a visto que su figura de apego no lo hace.

Apego desorganizado-desorientado (3-5%):


Este tipo de apego por suerte no es muy común, pero existe. Son niños que muestran conductas tanto del apego ambivalente-resistente como del evitativo. El niño siente angustia tanto con la presencia como con la ausencia de la madre , podemos ver conductas de miedo ante la figura de apego. Este tipo de vínculo se ha construido al vivir el niño situaciones amenazantes de maltrato o negligencias en los cuidados, pero también se puede dar en situaciones en las que el niño es algo "temido" por el adulto.


FACTORES QUE AFECTAN AL DESARROLLO DEL APEGO


Encontramos 4 factores que influyen en el tipo de apego que se construirá con nuestro bebé.

Características del niño y tipo de parto: Niños separados de sus madres durante horas dependiendo del tipo de parto (cesáreas, prematuros) o por causas de gravedad del bebé recién nacido. Puede afectar al tipo de apego, es muy importante no separar al bebé de su madre, cada vez se está consiguiendo más.


Separación maternal: Niños que al nacer por causas de urgencias han tenido que ser hospitalizados, esto supone una depresión analítica para el bebé y puede influir en las primeras relaciones. 


Privación materna: Bebés que a partir del tercer o cuarto mes y el primer año no están con sus madres, o están un par de horas al día. Estos bebé manifiestan apego inseguro también con los cuidadores.


Calidad de la crianza: Depende mucho del tipo de crianza, del tipo de padres, nuestro apego será de un tipo u otro. Escuchar a nuestros bebés, acudir ante sus lloros, calmarles y acariciarles iniciaran un apego seguro.